Primera entrada blog pluma

MI CAMINO COMO ESCRITORA

He querido dedicar esta primera entrada de mi blog al porqué de mi camino como escritora. Creo que una buena manera de conectar con los lectores, es compartiendo mi propia experiencia y que conozcan, de primera mano, mi faceta de autora de la novela: «El viaje de Mati».

En mi caso, empecé a escribir desde muy joven, siendo adolescente. No escribía libros, ni siquiera relatos muy extensos. En las únicas ocasiones en las que me presenté a concursos de escritura, fue en los Juegos Florales de mi escuela de secundaria, donde me premiaron tres años consecutivos por la mejor poesía. Ni siquiera lo pretendía, pues yo solo escribía sin pensar demasiado. Lo hacía cuando quería explicar a alguien lo que me pasaba y no tenía a nadie para hacerlo. También escribía en soledad, cuando me sentía abrumada por mis emociones y buscaba expresarlas de algún modo. Hay gente que prefiere otros medios para hacerlo, pero yo tenía bastante facilidad para coger un papel y un bolígrafo y empezar a escribir. Tengo que decir que, la escritura, era un medio para expresar emociones, pero, no era el único, pues también utilizaba la pintura, el dibujo, el deporte… Sin embargo, escribir era algo a lo que siempre acababa recurriendo, porque me proporcionaba el desahogo que necesitaba.

Tal vez era porque mi padre era un escritor maravilloso y siempre le recuerdo con una pluma y cualquier papel que tenía a mano, escribiendo profundas poesías o relatos desgarradores con una facilidad pasmosa. Cierto es que, en mi casa, todos los hijos hemos heredado esa soltura con las letras, pero, en parte, es una habilidad, como cualquier otra, que se perfecciona con perseverancia y muchas ganas.

Cuando me fui haciendo mayor, no dejé de escribir, es más, lo seguí haciendo de forma habitual. Muchas veces, incluso, escribía para desahogarme y después rompía el papel o lo quemaba. Era como llorar a moco tendido. No voy a negar que me ha ayudado en muchos momentos de mi vida, no solo a expresarme como quiero, sin sentirme juzgada, sino también a ordenar mis caóticas ideas.

El hecho de estudiar derecho y escribir una tesis doctoral —también en Derecho—, me ha proporcionado mucha práctica con la sintaxis y la ortografía, además de mucha soltura con la redacción, aprender a estructurar textos, perfeccionar la capacidad de síntesis y otras aptitudes que, de otro modo, no habría adquirido, como la autoexigencia, la investigación, la disciplina con la escritura y la revisión de textos, entre otras.

Tras varios sucesos que ocurrieron en mi vida personal y que me afectaron enormemente, seguí escribiendo para «mantenerme cuerda» y vaciar toda mi basura interior en un papel. Por suerte, me sirvió de válvula de escape en unos momentos en los que creí que no salía adelante. Empecé un relato, con una protagonista, a la que quería que le pasaran infinidad de cosas. Aprovechaba su historia para seguir volcando parte de lo que yo sentía por otros motivos distintos. Me di cuenta de que, sin pretenderlo, estaba construyendo una novela, con sus escenas de comedia y drama, sus personajes que pivotaban alrededor de la protagonista, con una ubicación concreta y una historia que contar.  Y así surgió mi primera novela: «El viaje de Mati», con Mati como protagonista, a la que he acompañado durante dos años en su trayecto, creándole una vida y un propósito.

La satisfacción de ver publicada mi primera novela, va más allá de un simple libro o una novela sin más. No, no es una novela cualquiera, es mi novela, la primera que ha salido como fruto de mi creatividad y mi constancia para escribir, sin inteligencias artificiales ni ayuda para redactar capítulos. Quería hacer una historia auténtica y con mi sello personal. Está escrita desde y para el corazón, tanto con escenas tremendamente dolorosas como ridículamente cómicas. Mientras la escribía, me hacía reír y llorar a mí misma y no soy fácil en ninguno de los dos sentidos. Escribiendo esta novela, me he descubierto a mí misma como escritora, con un estilo propio, sin imitaciones ni complejos. Me abro en canal para mostrarle al lector quién es Mati, cuál es su mensaje y cuánto le gusta jugar con él.

No puedo dejar de recomendar su lectura porque Mati no deja indiferente a nadie y esa es mi única pretensión. Leer una novela debe ser una experiencia que remueva emociones y vuelva del revés al lector, en algún sentido. Creo, modestamente, que lo he conseguido.

Estoy feliz de poder decir que soy escritora, novel, pero escritora, a fin de cuentas. Mi camino empieza ahora con una nueva etapa llena de oportunidades para mostrar mi arte. Para mí, ver publicadas mis novelas, es una forma de compartir con el resto del mundo algo muy íntimo, que solo me pertenecía a mí. Espero que el lector acoja mis obras con el mismo cariño y respeto con el que yo las comparto.

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